Al oír esto, las élites de la raza de los dioses miraron atónitas a Dinko y Moblan. Todos estaban perplejos. Dada la situación, ¿por qué no aprovecharon la oportunidad de acabar con Max mientras estaba herido?
De hecho, Dinko y Moblan siempre habían albergado el deseo de castigar personalmente a Max, el villano que había profanado el santuario de sus antepasados.
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