Barbanegra pensó que Nataniel intentaba refrenar su arrogancia, incluso se estaba sometiendo. Decidió hacer las paces con él y le propuso un compromiso.
—Señor Cruz, puesto que ha sido usted enviado en nombre de las cinco grandes familias para hablar conmigo, estoy dispuesto a perdonarle las heridas que ha infligido a mis hombres. —Entonces, los ojos de Barbanegra se posaron en Amaya antes de que una mirada fría cruzara entre ellos—. Sin embargo, tu guardaespaldas le ha cortado los brazos a más de una docena de mis hombres, y ella debe pagar el precio.
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