Después de llegar a Jardín Ribera, Alfredo se separó de Nataniel y los demás y se dirigió a su casa. En cuanto a César, Amaya y los demás guardaespaldas, se esfumaron y dejaron a la familia a solas. Cuando todos se fueron, solo quedaron Nataniel, Penélope, Carmen, Bartolomé y Leila en la sala de estar.
—Carmen, ¿podrías llevar a Reyna afuera por un rato? —preguntó Nataniel.
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