Todos esperaban que el anuncio de la transmisión fuera falso. Sin embargo, en este mismo momento, enormes pelotones de soldados por completo armados comenzaron a aparecer. Con subfusiles en sus manos, marcharon de manera ordenada y con rapidez rodearon el lugar.
Adán estaba estupefacto al verlos, al mismo tiempo que Domingo. Guillermo y sus subordinados también quedaron estupefactos. Los secuaces del Clan Montenegro no eran diferentes. Todos se sorprendieron en silencio. Era un espectáculo asombroso.
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