Capítulo 1950 ¿Qué no le tiene ningún respeto a mi padre?
La entrada de la Mansión Aguamarina estaba repleta de automóviles caros. Cada persona dirigía una corporación o tenía influencia en el gobierno. Venían cargados de regalos y aprovechaban la oportunidad para congraciarse con Simón, sonriéndole e inclinándose con descaro.
Simón se sintió complacido de estar rodeado de gente que lo adulaba. La sensación de estar rodeado de gente allá donde iba era mágica. Observó la escena.
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