Esa misma noche, Bernardo envió a los ocho peleadores de la familia Hermida, los Ocho Semidioses, a asesinar a Nataniel.
Era de noche, tarde. Nataniel, Gloria y César salieron de un bar. Resultaba que después de que Gloria se enterara de que Nataniel era ahora el General del Norte y de la gloria de su familia, lamentó que su hermana no podía estar orgullosa de él. Esa idea hizo que Nataniel extrañara a su madre con cariño. Entonces, Gloria y él fueron al bar por unas bebidas para ahogar sus penas. Terminaron hablando mucho sobre Ángela.
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