El viejo estaba furioso. Nataniel no solo lo había maldecido, sino que también había difamado el puño del dragón que había estado entrenando. Mientras la ira emanaba de todo su ser, el anciano detuvo lo que estaba haciendo y se acercó a Nataniel y Penélope, obstruyendo su camino. En un tono fuerte y con una expresión sombría, le preguntó a Nataniel:
—Joven muchacho, ¿qué acaba de decir?
Obtiene más cupones de libro que los de la appRecargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread