Fuego, Destructor y Máquina Asesina se quedaron sin palabras. También lo estaban los guardias situados en la sala de reuniones y el personal encargado de rellenar las bebidas, se quedaron tiesos de desconcierto. Los Tres Leones miraron a Nataniel.
«Es una pena que no podamos revelar la verdadera identidad del Señor. De lo contrario, los hombres no habrían causado tantos problemas». Por supuesto, también sabían que no se podía revelar la identidad de Nataniel porque cuanto más gente lo supiera, más peligro supondría para él.
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