Tras su forzado apretón de manos, Nataniel saludó a los demás generales importantes, estrechando la mano de cada uno de ellos. Luego, acompañado por Fuego y los demás, se dirigió al centro de mando del cuartel general del Ejército del Norte. Se sentó con valentía en el asiento principal, al final de la mesa de conferencias. Los Tres Leones, los Siete Campeones y los demás generales lo siguieron, tomando sus respectivos asientos.
Nataniel preguntó con calma sobre la situación actual del Ejército del Norte, así como si había novedades del ejército fronterizo de Siperia. Fuego se puso en pie y respondió:
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