Teo no tardó en asegurar a Nataniel que se entregaría en cuerpo y alma al trabajo. De hecho, no podía permitirse el lujo de elegir lo que quería hacer a continuación. Por el momento, esperaba que ni el Señor Córdova ni el Señor Treviño estuvieran implicados en la emboscada o estaría en graves problemas.
Justo en ese momento, llegaron al lugar de los hechos montones de vehículos negros y todoterrenos militares. Había gente del Servicio Secreto y de las Fuerzas Especiales Guardián.
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