―¿Por qué tendría que demostrarte nada si no pretendo ser el comandante en jefe? ―dijo Nataniel con frialdad―. ¿Qué clase de actitud es esta?
―Estamos haciendo esto con una actitud de lo más seria, en constante consideración por los mejores intereses de la humanidad ―dijo Eugenio IV con calma―. Intenta mirar esto objetivamente: todo el mundo ahí fuera está diciendo que eres uno de los vampiros. Aunque no llegues a ser el comandante en jefe de la alianza, sigues siendo una persona de gran importancia dentro de ella. El Dios de la Guerra más poderoso de la humanidad. Siendo una figura tan fundamental, ¿crees que estaríamos tranquilos si resultas ser un vampiro?
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