Capítulo 3318 El Dios de la Espada Vampiro

El resonante rugido reverberó en el aire, llegando a los oídos tanto del ejército vampírico como de la alianza humana reunidos en las vastas llanuras al este y al oeste de la montaña. El ejército vampiro no pudo evitar una sensación de inquietud. En cambio, entre las filas de la alianza humana, muchos guerreros no podían contener su entusiasmo y vitoreaban uno tras otro. Cuando los débiles sonidos llegaron a los oídos de Misael, Eiken, Tino y los demás dioses de la guerra, se enteraron de que Nataniel había conseguido la primera muerte del día, y no era otro que un duque vampiro. La noticia les hizo fruncir el ceño. Por un momento, una mezcla de envidia y celos llenó sus corazones. Eiken no pudo evitar girar la cabeza y amonestar a los exuberantes soldados de la alianza, diciendo: