Los rostros de Jápeto y Tancredo se pusieron pálidos al escuchar la advertencia de Nataniel. Este último dirigió su atención a Jápeto y lo miró directo a los ojos. Con calma y serenidad, dijo:
—Su hijo infringió la ley, así que debe enfrentar las consecuencias. Deje de intentar sacarlo de la cárcel por medios poco honorables. Debería dejarlo en la cárcel unos años para que se arrepienta y se corrija.
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