Capítulo 2318 Estás condenado
Lo que Miranda y Clodio no sabían era que los infames hackers yetronianos de Jalapa estaban tirados en un charco de sangre. César, que llevaba un bidón de gasolina, empezó a verter la gasolina sobre los cuerpos de los hackers y su oficina. A continuación, sacó un mechero de metal y encendió el cigarrillo en su boca antes de arrojar el aparato al suelo. En un abrir y cerrar de ojos, el fuego arrasó la oficina de los hackers. Tras destruir los cuerpos y las instalaciones de la oficina, César se dio la vuelta y se marchó. Sacó su móvil y dio instrucciones a sus hackers:
—Es hora de vengarse. Revelen todos los sucios secretos de Miranda en la gran pantalla cuando esté dando su discurso.
Obtiene más cupones de libro que los de la app Recargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread