Mientras tanto, en el hospital, Castiel estaba vestido con una bata blanca de paciente. Su cabeza estaba cubierta en capas y capas de vendas y parecía un muñeco con una cabeza enorme.
Como era joven, había tenido una vida privilegiada. Esa era la primera vez en su vida que alguien le había puesto las manos encima. Para agregar insulto a la herida, ¡le dio una paliza alguien de Eurasia! Su ego había recibido un enorme golpe y ya no podía pensar claro en ese momento; todo en lo que podía pensar era en vengarse.
Obtiene más cupones de libro que los de la appRecargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread