Antes de que Camelia volviera en sí, otros dos instructores bramaron de ira y saltaron hacia César. Intentando abatirlo. No obstante, ninguno estaba siquiera al nivel de Soler, por lo que en cuanto se acercaron a César, los envió volando hacia atrás también.
En ese momento, el séquito del Reino de las Águilas estalló de ira. Nunca habían probado una humillación tan amarga en su larga, larga carrera. Todo el grupo estaba compuesto de la élite entre la élite, pero todos ellos fueron vencidos por un simple lacayo de Nataniel.
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