—Te daré una oportunidad ya que tanto insistías en matarnos. Tenemos muchos hombres aquí. ¿Por qué no eliges uno para pelear? Si ganas, te dejaré ir. Pero, si pierdes, nadie puede de irse —dijo Nataniel con frialdad.
Los intrusos se tambalearon de miedo al oír eso, había un atisbo de esperanza. Al principio, Lutero tenía miedo, no porque no pudiera ganar contra los comandantes. Pero eran sus antecedentes los que lo intimidaban y aterrorizaban. Si solo se trataba de un combate cuerpo a cuerpo, no temía a ninguno de los presentes.
Obtiene más cupones de libro que los de la appRecargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread