Unas cuantas horas después comenzó el alba.
Uno de los dos guardaespaldas despertó de su ensoñación. Levantó su cabeza y se sintió perdido mientras observaba sus alrededores. De repente, recordó que el doctor les había pedido direcciones. Cuando estaba a punto de responder, el doctor le cubrió la boca y todo se volvió negro.
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