Al día siguiente, en el Distrito Sur de Ciudad Fortaleza. Un avión privado aterrizó en el aeropuerto.
Un hombre corpulento y de aspecto impasible con una marca de nacimiento de color púrpura en el rostro descendió del avión, con un par de zapatos de cuero negro. Treinta hombres vestidos de negro le seguían. Cada uno de los hombres tenía una mirada aguda, posturas firmes y exudaba un aura fastidiosa. Era evidente que todos ellos eran hábiles luchadores y lo mejor de lo mejor.
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