Penélope Sosa también fue sensible a las palabras de Hernán, que llevaban una pizca de inmodestia. Mantuvo la etiqueta básica y rechazó cortésmente darle la mano con una sonrisa.
—Es un placer conocerlo, Comisario Fajardo. Lo siento, pero a mi marido no le gusta que dé la mano a otros hombres —explicó.
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