En ese momento, Reginaldo pausó y se mofó:
—Para empezar, podría encerrarte dos meses solo por golpear a alguien en una base militar, destrucción de propiedad y llamar al Teniente General Sevilla por su nombre completo. ¡Y pensar que estás personificando al Comandante en jefe! Por solo eso, ¡ya te ganaste una cadena perpetua!
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