El rostro de Nataniel se ensombreció mientras miraba a Guido. Su aura mortal era sofocante y envolvente. Al emanar por la sala, todos se estremecieron como si la temperatura de la habitación hubiera llegado a bajo cero. Incluso Celso y el resto de sus hombres se vieron envueltos en un intenso temor. Sobre todo Guido, que empezó a perder la sensibilidad de sus miembros bajo la intensa mirada de Nataniel. Guido sintió que un miedo inexplicable surgía en su interior. Celso se apresuró a decirle a su asistente:
—Guido, ¿cómo te atreves a hablar en mi nombre? Nataniel es solo un sospechoso y por ahora no ha sido condenado por ningún delito. Es un hombre de familia, así que ¿cómo puedes prohibirle que se despida de los miembros de su familia?
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