Los pocos asistentes que estaban junto a Haid se enfurecieron por la actitud de Nataniel. «¿Cómo se atrevía este mocoso, que acababa de aparecer de la nada, a actuar de forma tan descarada delante del subalterno del Alcalde Lazo?». Los asistentes tenían la rabia dibujada en sus rostros. Querían darle una lección a Nataniel cuando Haid los contuvo. Este último sonrió.
—No nos ocupemos de él todavía. Todavía quiero causarle una buena impresión a Carmen.
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