Aunque Jafet se sentía desesperado y consternado en su interior, seguía manteniéndose firme en apariencia. Waldemar era todo lo contrario. Cuando se dio cuenta de que la marea había cambiado, sus rodillas cedieron y se desplomó en el suelo sin contemplaciones.
El desagradable olor a orina y heces se desprendía de él e impregnaba el aire. Había perdido el control de su vejiga y sus intestinos debido al terror causado.
Obtiene más cupones de libro que los de la appRecargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread