—General, soy un tonto ignorante que merece morir. Estoy dispuesto a aceptar cualquier forma de castigo, pero por favor, ¡perdone a las mujeres y niños inocentes de la familia Barrera! —suplicó Rigoberto. Desde que amenazó con matar a la familia y a los amigos de Nataniel, no se atrevió a seguir rogando por su vida. No le quedaría ningún remordimiento si Nataniel perdonaba a la familia Barrera.
A Rigoberto le aterrorizaba que Nataniel acabara con toda su familia por venganza. En ese caso, los Barrera estarían acabados para siempre.
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