Celestino se desmayó después de escupir sangre. Álvaro montó guardia fuera con un grupo de los Larios. Fueron detenidos en cuestión de segundos. Todos pudieron ver que esta vez la familia Larios estaba condenada. Ser capturado por los militares no era como ser capturado por cualquiera. Era el fin de la familia, que tenía un legado de cien años. Cuando Nataniel vio que la familia Larios y el resto estaban cautivos, le dijo a la audiencia con una sonrisa:
—A todos ustedes, algo traumático sucedió hoy. Sin embargo, no me gusta destacarme. Tampoco quiero traer problemas a mi familia y mi vida debido a mi identidad. Desearía que no hablen de esto cuando salgan de aquí. Por favor, tampoco revelen mi identidad. Gracias.
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