Peni, junto con Bartolomé y Leila, sonrieron mientras negaban con la cabeza. Pensaban que era imposible que Nataniel subiera a un barco de la marina, así que debió haber llevado a Reyna a uno normal y mentir... Su hija era pequeña y se dejaba engañar con facilidad por Nataniel. Peni le lanzó una mirada mientras susurraba:
—¿Cómo le puedes mentir a una niña?
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