¡Bum!
Las palabras de Nataniel golpearon a Fabiola como un rayo. Se quedó congelada en su lugar. El miedo surgió con rapidez en sus ojos. Su vida privada era siempre un desastre, por lo que sus partes femeninas emitían un olor desagradable. Solía disimularlo con tanto perfume que ni siquiera su novio, Teodoro, se daba cuenta. Sin embargo, Nataniel acababa de señalarlo delante de todos. Fabiola al instante enrojeció de vergüenza y rabia. Incluso Penélope se quedó atónita al principio, pero al darse cuenta de lo que ocurría, no sabía si reír o llorar.
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