Boris, acompañado por ocho de sus subordinados más capaces y escoltado por el grupo de Geraldo, entró en el instituto de investigación a un ritmo pausado. Entre más adentro iban, más asombrado estaba. El tamaño del instituto era enorme, dejándolo aún más atónito.
No solo había muros altos, también había guardaespaldas vestidos con trajes negros por doquier. No era una exageración decir que había uno de ellos a cada paso. Boris incluso notó que estos tenían protuberancias en sus chaquetas, revelando el contorno de las empuñaduras de sus pistolas.
Obtiene más cupones de libro que los de la appRecargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread