Capítulo 3152 La tarea de matar al lobo alfa
Todos los Dioses de la Guerra, sin importar si eran de Orava o de Adrune, alabaron a Nataniel. La amargura surgió en el corazón de Boris al ver aquello, sin embargo, dado que Nataniel daba prioridad a los intereses de los ciudadanos afectados y había declinado competir por el puesto de comandante en jefe, por ende, éste recayó en Boris.
Por lo tanto, Eugenio IV anunció que Boris, el Dios de la Guerra de Ariarica, sería el comandante en jefe de la alianza entre las cien naciones, a continuación, seleccionaron a tres subcomandantes, que como era de esperar, los puestos recayeron en Nataniel, Leopoldo y Eugenio IV.
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