Debido al brote de vampiros en todo Adrune, incluso los hombres lobo tuvieron las agallas de salir a causar estragos, con el propósito de discutir una solución para lidiar con el Clan Oscuro y mantener la paz mundial, Eugenio IV invitó a los Dioses de la Guerra de todo el mundo a asistir a la reunión en la sede de la Curia.
Nataniel no prolongó su estancia en Murilo, tras encargar a alguien que llevará las cenizas de Hansel y los demás guerreros de vuelta al país, emprendió viaje hacia la sede de la Curia en Salinsburgo, varios días después, llegaron por fin a Salinsburgo, donde los ciudadanos se aglomeraban frente al aeropuerto. Eran fieles creyentes de la Curia y habían venido a dar la bienvenida a Nataniel y a la Santa Doncella.
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