Poco después de que Nataniel y el resto se sentaron en el gran salón, una carcajada clara resonó en el pasillo. Siguiendo su ejemplo, una figura alta se acercó a ellos, liderando a un grupo de mayordomos detrás de él.
—¡Señor y Señora Cruz! Gracias por su paciencia. ¿Han estado esperando mucho?
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