Esa tarde, Nataniel fue a la residencia Galeno, como siempre, para cenar. No tenía opción. Era muy solitaria la hora de la comida, ya que su familia no estaba en Brimmopolis. Así que Anselmo y su esposa lo siguieron invitando a comer con ellos. Entonces, Nataniel cenaba con ellos cuando no estaba muy ocupado.
Después de cenar, Nataniel se quedó a platicar con Anselmo.
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