Capítulo 932 La llamada de Carlos
A pesar de que se quejaba por dentro, no apartó al hombre; en cambio, le rodeó el cuello con los brazos y respondió a sus insinuaciones. Al notar su accionar, Tobías enseguida la besó con más pasión, como si lo hubieran animado. Ya eran las once de la mañana cuando terminaron de tener intimidad y a Sonia le rugía el estómago de hambre, pero no le importó; al contrario, se sentó en la cama aturdida mientras se preguntaba cuándo se había vuelto tan salvaje. «Anoche me acosté con él, ¿no? ¿Por qué haría el amor con él temprano en la mañana? ¿No puedo autocontrolarme hoy en día?». Los labios de Tobías se curvaron y sonrió con satisfacción; luego se puso de pie junto a la cama mientras se vestía y a la vez notó la expresión aturdida de la mujer. Evidentemente, haber intimado con ella le dio una inmensa satisfacción y placer.
—Muy bien, es hora de dejar de soñar despierta. Deja que te lleve a asearte. —Extendió la mano y le acarició con delicadeza el pelo después de vestirse.
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