Tras esa explicación, Tobías abrió los ojos aún enrojecidos por la furia y se volteó de manera brusca. Las pupilas se le contrajeron; estaba emocionado y exaltado por lo que Sonia le había dicho.
Pensó que ella se lamentaba por la decisión que tomó de no continuar siendo el sustituto de Claudio y porque no volvería a ser aquel hombre gentil. Estaba muy molesto y quería preguntarle si en verdad le gustaba su forma de ser del pasado hasta el punto de pedirle que se convirtiera en tan solo el reemplazo de alguien.
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