«¿Mientras que no le pida volvernos a casar?». Tobías frunció el ceño, a decir verdad, la motivación para salvarla era pura y genuina; no tenía segundas intenciones, ni siquiera luego de rescatarla. En otras palabras, nunca cruzó por su mente aprovecharse de la situación y pedirle que volvieran a casarse. No obstante, escuchar esas palabras fue alarmante, y sintió una ráfaga de angustia acompañada de una pizca de ira. «¿Eh? ¿Eso es todo, solo soy eso para ti?».
—Discutiremos eso más tarde —dijo Tobías con calma luego de bajar la mirada.
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