—No. —Sonia sacudió ligeramente la cabeza—. ¿Cree que me van a agarrar desprevenida así sin más? La única razón por la que Rita me atrapó ese día fue por pura suerte, porque no estaba preparada. Ahora que sí lo estoy, no hay manera de que me vuelva a hacer una jugarreta.
Al saber que Rita no la agredió, Tobías se sintió mucho más aliviado.
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