Capítulo 566 Una lección para Yésica
Mientras pensaba en eso, Abel retrocedió un paso y se alejó de esa gente; fue testigo de Yésica, quien decía amarlo, y tan solo era una cazafortunas. Ahora que Yésica había encontrado a alguien más guapo y adinerado que Abel, lo ignoraba por completo y fijaba su atención en Tobías, era el único con el que ella quería estar. Por desgracia, no supo que a Tobías le daban mucho asco las mujeres como ella. Por eso, Abel quería ver cómo Tobías y Sonia la castigaban.
Luego de empujar a Yésica a un lado, Sonia se apartó de Tobías, quien le agarró la mano para revisársela con atención.
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