«Está bien. No es que no pueda luchar por lo que quiero solo porque no tengo mi recompensa. Siempre puedo pensar en una forma de solucionar la situación cuando caiga la noche». Al pensar en eso, un brillo de determinación se le reflejó en los ojos. Luego, se sentó frente al taburete acolchonado mientras esperaba que la mujer saliera del vestidor.
Transcurrieron algunos minutos antes de que la puerta se abriera con un ¡clic! Sonia salió vestida con la ropa con la que había llegado y con el vestido rojo en la mano. La joven se alegró de ver que la esperaba afuera, pero, aun así, pasó junto a él con sus tacones mientras carraspeaba de forma arrogante y fingía no haberlo visto.
Obtiene más cupones de libro que los de la appRecargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread