Tobías se despertó en cuanto María lo llamó; cuando escuchó que Sonia estaba despierta, levantó la cabeza de inmediato. Los ojos de Sonia estaban bien abiertos, pero parecía estar desconcertada porque tenía las pupilas dilatadas y tenía la mirada perdida. Tobías le tocó el rostro mientras le hablaba con ternura.
—Cariño.
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