—Muy bien, ya es tarde. Será mejor que te apresures y talles el resto de las orquídeas. Cuando termines, debemos comer antes de que se enfríe todo —dijo Sonia mientras se arreglaba el cabello alborotado.
Por otro lado, Tobías se sintió aliviado después de descubrir por qué ella no permitió que continuara abrazándola; pensó que era porque no quería.
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