Jorgelina no era rival para Sonia que tenía un arma en las manos, y la primera no demoró en lamentarse y llorar mientras hacía lo posible por esquivar los ataques de Sonia, quien no mostró compasión por los gritos de la mujer. Al contrario, comenzó a golpearla aún más fuerte que antes. Parecía que Sonia quería liberar todo el resentimiento que tenía por el sufrimiento que le había causado en los últimos seis años.
Sonia sonreía con frialdad mientras la golpeaba.
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