—Es el sobrino de Sergio. Algo pasó en su familia, por eso me pidió que lo cuidara dos días —respondió Sonia mientras apretaba las manos regordetas de David.
«Es tan relajante tomar las manos de los niños, son tan blandas y agradables para apretar». Mientras Sonia pensaba en eso, no podía evitar seguir apretando la mano de David.
Obtiene más cupones de libro que los de la appRecargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread