Capítulo 1178 La envidia de Sonia

A pesar de sus esfuerzos, Tobías aun así no la alcanzó. No pudo evitar girar la cabeza para ver qué hacía, pero se molestó aún más por lo que vio. El hombre en realidad caminaba tomándose su tiempo, como si estuviera paseando; era evidente que no trataba de alcanzarla al caminar a su ritmo. Si hubiera querido disculparse, ya lo habría hecho y no estaría caminando tan despacio. Al parecer, no tenía ninguna intención de pedirle disculpas ni convencerla. ¿Qué demonios hacía entonces? Sonia estaba tan furiosa que dio un pisotón. Había querido darle una oportunidad para que se disculpara e incluso aminoró la marcha para esperarlo, pero fue solo un deseo, ya que él no tenía intención de animarla. «Bueno, no te daré una oportunidad entonces. Así que ve y acurrúcate solo en el sofá esta noche». Mientras pensaba en ello, Sonia apartó la mirada y, en vez de aminorar la marcha para esperar a Tobías, aceleró el paso y se fue, furiosa.