Sonia tomó la manta de bebé para mirarla mejor. La capa exterior no era solo una superficie lisa y suave, sino que también tenía una serie de patrones bordados, los cuales eran compactos y hacían que los gráficos parecieran reales. Tal manualidad no era algo que pudiera terminarse con una máquina; era obvio que estaba todo hecho a mano. El delicado bordado y la suave seda hicieron que Sonia supiera que, sin duda, esa manta era bastante costosa. Además, incluso la ropa de bebé se sentía que era de alta calidad. A pesar de que tenía manchas amarillas debido a los años en que estuvo guardada, la se sentía muy suave y sedosa.
—¿Por qué guardaste todo esto en una caja de seguridad, padre? —La confusión se vio reflejada en el rostro de Sonia mientras bajaba la manta.
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