A propósito, Sonia hizo énfasis en «simple y directo» y miró hacia el asiento del conductor. Teo, que iba al volante, sintió un escalofrío en la espalda y se rio por lo bajo.
—Lo siento, señorita Reyes. No debería haber dicho eso. En realidad, si hubiera sabido que usted era la mente maestra detrás del ataque de Claudio, no lo habría hecho.
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