Pasara lo que pasara, Homero siempre sería el marido de Valeria. Aunque ella no lo amara, lo menos que podía hacer era cuidarlo porque estaba en ese estado por su culpa. Por lo tanto, ella tenía un poco de responsabilidad por eso. Sin embargo, no hizo nada, lo cual la hacía ver como una desalmada.
—De verdad era una despiadada. A veces, me pregunto si lo heredé de ella cuando actúo con apatía hacia los demás —dijo Tobías mientras se reía con burla.
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