Capítulo 453 El paradero de Damián
—Sí —confirmó Teo asintiendo—. Con los trozos de tela y las huellas que usted y la señorita Reyes dejaron, guie al equipo de rescate en la búsqueda. Nos encontramos con una aldeana que estaba acompañada de un doctor, así que me acerqué a ellos y les pregunté si los habían visto a usted y a la señorita Reyes luego de enseñarles sus fotos. Sorprendentemente, la aldeana me informó que ambos se hospedaron en su casa y ella llevaba al doctor para que atendiera sus heridas.
Solo Dios sabía lo aliviado que se sintió Teo cuando vio el lago al pie de la montaña. Sabía que la trayectoria de la caída del acantilado sería en línea recta, según el peso de la persona, a menos que hubiera un derrumbe o una fuerte ráfaga de viento que manipulara la física. Por lo tanto, cuando se topó con el lago, supo con certeza que Tobías y Sonia aún seguían con vida. A continuación, le pidió al equipo de rescate que buscara en los alrededores todo rastro o pista que ellos pudieran haber dejado. Por supuesto que encontraron la tela y, en ese momento, Teo estuvo seguro de que ella la había dejado a propósito. Desde allí, rastreó su camino hasta la cueva donde se encontró con la ropa de Sonia y Tobías, pero ellos no estaban. Solo entonces se dio cuenta de que era demasiado tarde dado que ellos ya se habían marchado, por lo que le insistió al equipo que buscara en el área alrededor de la cueva. Al final, lograron descubrir huellas que los guiaron al dúo perdido. Luego de escuchar la explicación, Tobías asintió despacio de manera comprensiva.
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