Capítulo 935 La vida como ancianos

«Esta solución es…». Sonia permaneció en silencio. A decir verdad, ella pensaba que era una opción factible, pero, si renunciaban al lote de repuestos, necesitarían dinero para salir adelante, lo que significaba que definitivamente necesitarían una gran suma. Si Compañía Paradigma pedía un préstamo tan grande, tendría que ofrecer algo valioso como garantía. En ese momento, la garantía más valiosa que tenía Compañía Paradigma era su edificio. Era muy arriesgado hipotecar el edificio, ya que el más mínimo descuido podría hacer que lo perdieran. «Tengo que pensarlo con mucho cuidado». Al pensar en eso, Sonia se masajeó la sien y respiró profundo. —Déjame pensarlo, Carlos —respondió—. Dame un día.