Esa mañana la mordió una serpiente, pero tras despertar, Tobías ni siquiera le preguntó si estaba bien y ni siquiera la miró. Esa indiferencia era, por supuesto, insoportable para ella.
—No lo estoy —respondió Tobías con frialdad y bebió un sorbo de sopa.
Obtiene más cupones de libro que los de la appRecargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread